Hace muchos años que estoy vinculada a la ciudad de Alicante, la he visitado en numerosas ocasiones y sigo fascinada. Tiene un algo que yo que sé, una magia que atrapa, quizá el buen clima, la gente, las seductoras playas… Pero nunca la había visto con los ojos del sabor, recorriendo cada rincón para disfrutar de su gastronomía, que para muchos sigue siendo desconocida. En mi última vista a esta ciudad tuve ocasión de conocer algunos de los restaurantes más punteros del momento.
Hacía tiempo que había oído hablar del restaurante El Portal, una neotaberna frente a la plaza Portal de Elche con cocina non stop donde puedes pedir desde fantásticos arroces hasta tapas o algunas de las conservas que lucen en la barra. Cumple con mis tres B: buen producto, buen trato y buen ambiente. Eso sí, quien quiera acercarse, mejor que reserve porque suele estar lleno, sobre todo por la noche. Tienen también muy buenas referencias de vinos, una amplia carta de cócteles y música de dos DJ que animan las veladas.
Muy cerca, en la misma explanada de Alicante, se encuentra otro restaurante cuya visita me habían recomendado: Terre. Este restaurante abrió en enero y es también un referente gastro en la ciudad. Me encanta su cocina a la vista del comensal, donde puedes acercarte y comprobar el ritmo frenético al que trabajan los cocineros para dar un buen servicio. Aquí solo pedimos unos aperitivos, pero de gran calidad como ostras con PX, zumo de naranja, limón y chalota; y unas huevas de maruca acompañadas de un refrescante Blanco Nieva Pie Franco (lo que me gusta a mí un vino blanco no es normal). El restaurante es precioso, la verdad. Techos altísimos, una buena distribución de mesas, decoración sobria y elegante, una iluminación muy acertada… En fin, un restaurante que merece la pena visitar.
En esta ocasión el viaje a Alicante fue más breve de lo esperado, así que seguro que en mi próxima visita tendré una larga lista de lugares que conocer (y pienso contarlo aquí).
Foto: Restaurante Terre.
